[me he dado cuenta que había escrito hasta innsbruck, no hasta budapest, así que hay cosas repetidas... disculpando error... disculpando, porfa]
Ha pasado más de un mes desde la última actualización y todavía sigo pensando en el viaje… El viaje, como lo veía Bilbo, como una aventura maravillosa donde una de las mejores cosas siempre es volver a casa. Claro que esta aventura me ha traído de vuelta a Rivendell, y tendré que esperar todavía algunos meses para volver a mi Hobbiton.
Hay tantas cosas que he aprendido y tantas otras que siguen macerando aprendizajes futuros que aún no termino de desentrañar.
Me parece que la última vez que escribí algo estaba en Budapest. El viaje a Salzburgo se me complicó un poco, porque los trenes eran endemoniadamente caros. Al final fui hasta Viena con la idea de buscar ahí un cercanías o un bus a Salzburgo más barato, que no pude conseguir. Lo único bueno es que mi pinta de chibola nuevamente me consiguió un descuento inesperado en los carísimos trenes austriacos (para ese viaje y luego para la continuación a Innsbruck)
Salzburgo es preciosa y estaba llena de gente de Oceanía. En mi albergue nomás conocí a 8 personas de entre Australia y Nueva Zelanda. Por esta ciudad deambulé con sol y con lluvia, me perdí en el castillo buscando el lugar donde era mi concierto de piezas de Mozart (aunque llegué temprano y todo), encontré todas las locaciones posibles donde se filmó la Novicia Rebelde (sin ninguna vergüenza lo digo) y conocí a un artista más para mi colección de nuevos artistas preferidos: Mataré, en este caso un escultor.
En Innsbruck caminé como una loca, por no hacerle caso a una viejita que me dijo que mi albergue quedaba muy lejos para ir caminando. Ella había estado en Perú y todo porque iba ahí con su esposo que escalaba (no sé si ella escalaba también) La cosa es que caminé millones de calles arrastrando mochila y maleta. Luego de ese trauma compré un pase de bus de 24 horas y regresé al centro (que recorrí en media hora más o menos tomando fotos y comiendo higos) Como me quedaba tiempo y pase de bus, me fui al Nordenkette y subí en teleférico hasta la cumbre nevada de la montaña, con un par de australianos locos (uno de ellos en short) que me tomaron fotos y que hasta hoy no sé si dejamos abandonados en la segunda parada del teleférico.
De Innsbruck a Kaiserslautern pagué uno de los billetes de tren más caros del viaje… no de hecho el más caro! Y eso que era un viaje de 6 horas con dos transbordos (en comparación a otros directos de 10 o 14 horas con litera y todo…) Pero bueno, todo sea por encontrar a viejos amigos, y ver como la vida por un lado se renueva, llena de esperanza Julius, Judith, Isi …y por otro continúa aún con fuerza y pequeñas y enormes alegrías después de los 80 (querida Oma Elly!)
Volver a Dennweilwer-Frohnbach siempre es como volver a casa, pero a una casa distinta a la mía… me hace acordar a ese lugar donde llega Bastian B. Bux antes de comenzar su regreso de Fantasía. Como a Bastian me alimentaron de cariño y de comida nutritiva (y totalmente libre de conservantes, toxinas y GIFT en general), y me pregunté, como siempre que paso por ahí, porqué los días es ese pueblo duran y alcanzan para tanto, y porqué en lugar de andar siempre corriendo para que el tiempo no me alcance, no encuentro de una buena vez la paz de resignarme a que cuando tenga que alcanzarme me alcanzará, y que en la otra acepción del verbo alcanzará para lo que tenga que alcanzar y para nada más, por mas que me empeñe en estirarlo y meter en cada día más de lo que cabe (no sé porqué de pronto he pensado en mi maleta de viaje...)
En fin, llegué a Barcelona y me recibió una lluvia un poco monga al principio, pero que luego se puso lo suficientemente intensa como para hacerme sacar mi paraguas. Ahora que me acuerdo vine en el avión sentada al lado de un niño y su madre, los dos para chancharlos, de lo malcriado que era uno y lo tonta que era la otra. Pero bueno, mi colección de niños malcriados en toda esta historia de una ida y una vuelta fue una de muchas colecciones, así que no empecemos con eso ahora, porque el tema es actualizarnos, para poder preparar el cierre de esta bitácora de viaje maravilloso.
Simplemente, citando al querido Sam, He vuelto.
puerta de la esperanza, hecha por mataré para la catedral de salzburgo
en la cima del nordenkette
la subida de la calle kleegarten, dennweiler-frohnbach
2 comentarios:
Chinita, realmente fue un viaje maravillosos que hemos podido compartir a la distancia. quedan muchos sitios must, a los que deberemos ir algún día, contigo como guía experta por supuesto.
Y lo más lindo es que en el viaje no te acompañó una nube negra de mordor, sino las burbujas doradas, plateadas y platinadas de tu tegen.
y ¿cuándo y a dónde es el próximo viaje?
besos.
ma
hola mi querida chi
en realidad todos los balances son buenos, en especial este que no busca definir debes ni haberes materiales sino los que realmente importan:...
vivencias y de un viaje como este mejor aún.
tu hogar está donde tu estás y aqui en tu hobbiton esperamos que se cumpla el plazo para tenerte con nosotros, pero sin prisa, como tu dices tienes aún aprendizajes que desentrañar.
un abrazo de oso
pap
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